Creencias.
No tengo otra religión que el sexo,
ni otra fe que la que me pueda dar
alguna persona legal cuando me mira a los ojos,
ni otra esperanza que 24 horas más allá
del rabioso presente.
Mi padre, que era más bohemio que yo,
me enseñó a estimar
la vieja máxima de los epicúreos:
Carpe Diem.
A ella me atengo para vivir.
a ella me encomiendo,
y ella es mi principal creencia.
Porque tengo otras, claro,
creo en el hermano alcohol y en la hermana nicotina,
soy prima del hachís e hija de maría
la coca que me gusta me la tomo por la boca
y no tengo nada de heroína,
pero me vuelve loca el vientre plano de los hombres
y el redondo culo de las mujeres,
y lo único que me jode de esta puta vida
es que sea tan breve,
como una buen peli,
una gran canción,
una sonrisa
o un orgasmo.
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otro tatuado -
Durante un tiempo, los nuevos recuerdos me funcionaron a la perfección. Podía charlar durante horas sobre mi infancia. Sin embargo, a medida que evocaba una y otra vez aquellos recuerdos de segunda mano empecé a detectar ciertas contradicciones, detalles que no encajaban. Pero como soy un hombre de recursos, he comenzado a pulir aquellas imperfecciones repitiéndome las historias inventadas una y otra vez, dotándolas de más y más detalles falsos para hacerlas encajar mejor, hasta que al final se han convertido en las mejores mentiras posibles, ésas que a fuerza de repetírnoslas acaban pareciéndonos verdad.
Y como no me las pienso tatuar, como en Memento, escribiré un blog.
¡Abajo el régimen! -
¡Quien te pillara!
Pep. -
Nestor -
Almudena -