Pandemonium
Me encanta el desorden.
Sostengo que el orden es una alienación perversa e infame. Muchas mujeres han sido, son y serán esclavas de esa adicción, por la que derrochan tiempo y esfuerzo.
La pregunta clave es ésta: ¿Para qué colocar algo que dentro de un rato voy a tener que volver a descolocar?,
Los pocos que han logrado convivir conmigo han tenido que acumular paciencia allí donde yo acumulo libros que devolver, papeles que destruir o platos que lavar.
El ordenado se cree Dios intentando utópicamente poner en su sitio un mundo donde todo es caos.
Mi vida es desordenada, pero no tanto como mi casa.
Cuando consiga llegar a esa meta, creo que seré una chica ideal
8 comentarios
manu -
enmipellejo -
Salo -
generación perdida -
Alex -
Y soñamos, nos evadimos, imaginamos una existencia feliz a mil kilómetros de distancia de la misma basura fotocopiada de siempre, triste placebo para eludir lo gris y lo tedioso.
Ojalá mis sueños se convirtieran en realidad, suspiran algunos.
Pero ningún sueño se cumple jamás.
El chillido del despertador asesina las fantasías, toda ilusión se desvanece, y tras ella el mundo real aguarda dispuesto a meternos el dedo en el ojo, para recordarnos por si acaso lo habíamos olvidado que los sueños no son más que eso, y que nos equivocamos si creemos que las cosas no podrían ir peor.
Así que odia tu vida, ama tus sueños. Pero no mezcles las dos cosas.
Sergi -
Jan -
A veces esto está tan vacío que al salir a la calle no hay nada en la voz de la gente que me haga pensar que este es un dia distinto a cualquier otro.
Antonio -