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Sólo para tus ojos.

Pesadilla

Hoy me he despertado con la conciencia tranquila.
¡Menudo susto, pensé que estaba muerta!
Espero que esto no vuelva a suceder

7 comentarios

Lorena -

Miro tu foto... Es todo lo que tengo de ti. Casi tan lejano como tú. Y, ¿qué quieres que le haga si te quiero? Ya sabes que me gusta soñar. Y tú eres... eres mucho más que un sueño.
Y tal vez el regusto dulce que me queda en el alma después, me sirva como un recuerdo más de ti.

Jill -

El caminante mira desde lo alto. Le ha costado subir hasta allí y no sabe si extasiarse ante la belleza que tiene delante o abatirse ante el largo camino que aún le falta por recorrer. Sólo mira.
Tú y yo hemos de elegir. Aprovechemos la enorme belleza de lo que tenemos por delante, de lo que tenemos en este momento -cada momento tiene su belleza, hay que saber decubrirla-. Y soñemos, soñemos con cruzar valientemente el mar de niebla. Cuando estemos allí abajo puede que no veamos nada y digamos: "Nada hay que merezca la pena, sólo niebla". Pero entonces hemos de acordarnos de lo que vimos desde la cumbre: en el horizonte se dibuja nuestro destino, con el que tanto soñamos.

Jordi -

Eran tal para cual: tenían los mismos gustos y las mismas manías, se reían con los mismos chistes y lloraban viendo las mismas películas. Los dos pensaban igual sobre el amor, la amistad, la vida; los dos habían sufrido idénticos desengaños. Estaban lo que se dice hechos el uno para el otro, y por eso mismo no llegaron a conocerse nunca. O tal vez sí: tal vez se conocieron en el infinito, que es el lugar en el que acaban conociéndose los que han tenido vidas paralelas.

Carol -

"La tontería se coloca siempre en primera fila, para ser vista;
la inteligencia detrás, para poder ver."
(Isabel de Wied 1843-1916, reina de Rumania)

Alex -

Hoy me he vuelto a encontrar con mi pretérito perfecto. Últimamente me cruzo con él por todas partes y no se cómo comportarme, porque los dos sabemos y el saber ocupa lugar y el lugar es muy pequeño y a ti te encontré en la calle. Tal vez, si él quisiera conjugarse en presente simple, si los dos desconocidos, si acaso un hoy, un ahora, un todavía. Sí me bastaría con un cigarrito, un café, un qué tal, un ya ves. Pero que va, que no, que si miradas esquivas, que si un casi hola, que si un casi adiós y al final, siempre lo mismo, me limito y termino conversando conmigo en condicional. Pero no pierdo la esperanza. Quién sabe, a lo mejor, quizá, tal vez, mañana.

Julia -

El pájaro en mano vuela cada día con su imaginación.
Todavía siente añoranza de aquellos cien compañeros.

Fausto -

¡Bien dicho!
Los remordimientos son la sal de la vida.